viernes, 31 de diciembre de 2010

Balance del año 2010

Como empezar a describir un año tan lleno de tantos sentimientos contra puestos, tantas luchas internas y momentos inolvidables…

La verdad es que comenzó el año un poco pesimista pero esperanzador a la vez, quería algo que no tenía en mi poder pero mientras tanto estaba descubriendo un nuevo mundo que no había conocido antes.

Ese mismo mes, además, me hicieron ver que las cosas no son de color de rosa y que la gente que no es buena finalmente termina dando su verdadera cara…todavía no entiendo qué pudo ocurrir, en serio, que alguien me lo explique…

Llegó Febrero, un gran mes para toda la familia, una boda, una ilusión, amor, mucho amor entre todos, increíble, fue como un cuento de hadas. Vino junto con una sorpresa, eso que tanto deseaba y pensé que no se podía pedir más. Por un momento, creí que mi vida era perfecta… ¡qué ilusa!

Pasaron los meses sin grandes novedades: seguían los baches, metas sin cumplir, personas que se comenzaban a distanciar… aun así era feliz porque lo más importante seguía permaneciendo…o eso creía yo.

Tras las duras semanas de exámenes, llego el verano, la mejor época del año para mí. No fue como me lo esperaba la verdad. Pensamientos ahogados en un mar de dudas, preguntas sin contestar tras decepciones sin sentido, vueltas y más vueltas…locura…

Finalmente, llegaron las decisiones, se alejaron las dudas, se contestaron las preguntas…y llegó, la soledad.

Una soledad en cierto modo anhelada, necesidad de escuchar mi corazón, de quitarme las cuerdas con las que yo misma me había atado, de romper las barreras que me bloqueaban, de correr con fuerza a cualquier dirección sin pensar en nada, ni nadie…solo yo.

Por fin tener tiempo para ti, de verdad. Poner el cuentakilómetros a cero y comenzar a andar un nuevo camino, lejos de todo lo pasado y sin mirar atrás.



Ahora puedo decir, que si alguien me pregunta cómo ha sido el balance de este año, puedo contestarle que a pesar de todo lo malo, ha sido positivo ya que por fin soy sincera conmigo misma, he dejado de poner buenas caras a quien no se lo merecía, he descubierto quien estará conmigo a muerte siempre, he permanecido con la conciencia tranquila… pero sobre todo con lo que me quedo de este año es que por fin he aprendido a ser feliz, sin más. 

Espero que el año que viene sea un buen año para todos y que a esos que no les ha enseñado nada el 2010, se lo enseñe el 2011 porque aprender, aprenderemos todos.